Este es el
nuevo título con que el diario El Comercio del día sábado 6 de julio de 2012
anuncia una nota mucho más detallada en su página A8, aseverando lo mismo, a raíz de la intención del MML de prolongar la vía expresa del Paseo de la República hasta la carretera Panamericana Sur, a medio kilómetro al sur del puente Atocongo.
Veamos el pequeño anuncio:
Veamos el pequeño anuncio:
La fuerza de
la noticia de un diario como El Comercio “obligará” a los lectores a leer
este pequeño preámbulo y convencer a los inexpertos de que esa será una buena
obra que aplaudirán tan igual como lo hacen los que dejan comentarios y
opiniones.
Nos preguntamos
que hay de verdad en todo ello y que por lo cual nos veremos obligados a publicar
un comentario en nuestro blog con la esperanza de que por lo menos lo lea una millonésima
parte de los lectores de El Comercio.
Aunque no se
menciona en ninguna de las partes de esta noticia, asumimos que la obra será un
zanjón más de los que ya nos estamos acostumbrando a ver como una solución
rápida a los problemas de congestión vehicular. De ser cierto lo que
sospechamos, entonces será interesante leer los comentarios que siguen a
continuación.
Comencemos
con el zanjón más viejo que tenemos y que comenzó a dar sus frutos allá por el
año de 1964 más o menos, cuando Lima era una de las ciudades con menos
automóviles de Latinoamérica y muchos tildaron esa obra como un elefante blanco. ¿Qué sucede
cuando se decide hacer un zanjón a lo
largo de una avenida principal? Pues que
simplemente uno desciende los carriles una cierta profundidad para que se
puedan desplazar los automóviles sin obstrucción aumentando la eficiencia de circulación. Si estudiamos
profundamente esta alternativa, veremos
que no solamente no se aumentan los
carriles sino que en realidad se disminuyen. Queda abierta una zanja
insalvable salvo los sitios en donde la autoridad crea conveniente hacer puente
peatonal y/o vehicular. ¿Será esta obra aceptada por los que viven a lo largo de
esa avenida? Podemos observar que en los casi 50 años que han transcurrido, no
ha habido un desarrollo urbano que garantice lo que el diario El Comercio
asevera. En el sector limeño entre el Parque de la Reserva y la avenida México
no ha habido casi desarrollo y entre esta última y Javier Prado, las obras
nuevas no reflejan ventaja alguna
por estar al pie del zanjón. Hasta Aquí vemos
que el diario El Comercio no está diciendo la verdad y probablemente haya
sectores que han sido afectados. Bajo el punto de vista de la vialidad tenemos
que reconocer que los carriles del zanjón aumentaron su eficiencia hasta el
punto límite mas no se aumentó en absoluto el número de ellos. Tenemos que
preguntarnos si hemos llegado al punto de agotamiento o saturación de la vía y
que pasará si ésta se prolonga, teniendo en cuenta de que a ciertas horas ya se presentan problemas graves de congestión y la solución salomónica podría ser la prohibición de acceso a la vía por algunas entradas laterales, tan igual como se hace en ciertas carreteras de los EE.UU. de N.A.
Veamos que
hubiese pasado si no se hubiese construido el zanjón de Paseo de la República.
Se hubiese
podido construir hasta un máximo de 12
carriles, con un sector isla de 4 metros de ancho en el medio para los
cruces peatonales y unos 4 metros a cada lado de las veredas para permitir un
estacionamiento diagonal a ellas con lo cual se conseguía aumentar su número.
Además, los
cruces pudieron hacerse a desnivel, logrando un desplazamiento veloz por la vía
principal con ayuda del sistema de semáforos “ola verde”.
Se pudo
construir una línea de metro subterráneo que permitiese el desplazamiento veloz
entre el centro de la capital y la zona sur de la capital y no como ahora, con
el sistema Metropolitano donde en muchos paraderos se obliga a los pasajeros a
caminar cientos de metros para poder tomar los buses que operan en un sistema
descriteriado e incumpliendo la promesa inicial de que con un solo pago se
podía viajar tanto en los buses alimentadores como en los que conforman el
COSAC. Probablemente esta hubiese sido la avenida más bella de Lima.
En resumen,
ni el zanjón del Paseo de la República ni las líneas del Metropolitano que
pasan por ahí son un atractivo que justifique aumentar el valor de los predios
a lo largo de esa ruta. Lógicamente mucha gente prefiere a los buses del
Metropolitano de aquellos del sistema desreglamentado que son realmente una
aberración y deben ser reformados.
El zanjón a
lo largo de la avenida Javier Prado se construyó cuando ya en esa avenida se
podían observar viviendas de alto valor y diseño arquitectónico y algunas
edificaciones de media importancia; pero con su construcción, la gran mayoría
de las viviendas particulares desaparecieron y el desarrollo comercial esperado
no ha sido del todo atractivo como lo hace ver el título del diario El
Comercio, salvo en algunas construcciones de propiedad del Estado.
La solución
para esta avenida era realmente similar a aquella del Paseo de la República,
casi con la misma cantidad de carriles, pasos a desnivel en los cruces
principales y mayores facilidades de estacionamiento públicos. Muchos podrán
preguntar: “Pero si esa era la condición inicial antes de decidirnos por el
zanjón”. Eso no es verdad, por que los cruces eran a nivel y el transporte
desreglamentado ocasionaba un caos y desorden inaceptables. Y si finalmente se
congestionaban las vías a nivel de superficie, ¿Cuál era la solución en lugar de estos
dos zanjones? Pues la solución que se emplea en la gran mayoría de capitales de
otros países. La pista elevada.
Así es, la
pista elevada se suma al número de
carriles existentes y las obras subterráneas están limitadas a cruces
cortos y líneas de metro por debajo de ellos, con lo cual se facilita
enormemente el cruce peatonal en las estaciones de estos sistemas y con
facilidades de servicio y comercio.
Solamente
dejando la pista tal cual estaba antes de las obras, sin ningún zanjón y con
una línea de metro por debajo donde se requiera, podremos decir que los predios
de esa avenida sean revalorizado positivamente.
Nos falta
hablar del zanjón de la avenida Grau, esa avenida que se construyó en la década
de los veinte del siglo pasado y en sus meros comienzos se le tildó como un
gran Boulevard similar a aquellos de Paris pero que con el advenimiento de esos
gobiernos izquierdistas destructivos que permitieron que las grandes invasiones
de provincias se instalarán a lo largo de esa bella avenida para llevar a cabo
negocios ambulantes que finalmente se volvieron perennes y proliferaron, junto
con el caótico sistema de transporte público desreglamentado en prostitución y
delincuencia. Lógicamente todas aquellas familias radicadas a lo largo de la avenida
Grau tuvieron que huir tugurizando aún más a esa que pudo ser una bella
avenida.
La solución de
la avenida Grau limeña debió ser similar a aquella que indicamos para los dos
primeros zanjones y en donde con suma urgencia se debió construir una línea de
metro, así como eliminar las islas laterales que tenía y en donde se instalaron
los vendedores informales y permitir mayores facilidades de estacionamiento. En
un futuro debería pensarse en la construcción de una vía elevada. Creo
firmemente que algún día ese zanjón tendrá que ser rellenado.
Sólo resta
invitar al lector que averigüe en que otros países se utilizan zanjones en sus
ciudades principales y cuantos tienen actualmente. Nosotros tenemos tres. ¿Será
un record?
Todos somos conscientes
del gran caos vehicular que ocasiona el transporte público desreglamentado y
que nos hace pensar en la necesidad de más carriles para poder aliviar el
tránsito vehicular pero pocos piensan que primero se debe formalizar y
jerarquizar al sistema de transporte desreglamentado, con lo cual muchas de las
pesadillas vehiculares podrían desaparecer sin necesidad de continuar la
descriteriada idea de seguir construyendo zanjones.
A los
señores del MML les decimos que no se trata de luchar contra los
desreglamentados sino de ayudarlos para que comiencen a operar en sistemas
debidamente formalizados y jerarquizados en donde los alcaldes distritales
deberían estar pensando en la formación de una empresa que administre el
servicio local de su distrito y la implantación de líneas troncales hacia el
centro o periferia de la capital u otro distrito importante.
Carlos Reyna
Arimborgo
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